Celler del roure - Mogente/Moixent, Valencia

Rafa V.

En esta bodega valenciana, el tiempo no corre, madura. Aquí no se persiguen modas, se honra la tierra. Cada cepa se cuida con el respeto de quien sabe que en las raíces está la historia, y cada botella es un homenaje a las variedades autóctonas que casi susurran al abrirse.

El trabajo es artesanal, minucioso, como se hacía antes: sin prisas, sin atajos. Desde la vendimia manual hasta la crianza en barricas justas, todo está pensado para que el vino hable claro y con identidad.

Mención especial a Paco, nuestro guía, que nos lo explicó todo con una cercanía y profesionalidad que se nota que viene de la pasión. Gracias a él, entendimos no solo el vino, sino también el alma de esta tierra. Una experiencia de las que dejan huella. Una bodega q no os podéis perder si estáis por la zona.

Charles P. (. I.

Una bodega pequeña pero con el encanto de la gente que trabaja por su tierra y valora el producto hecho para que la gente conozca sus raíces que llevan por todo el mundo. Hay que destacar Safrá y Cullerot los vinos que más nos gustaron. Hacer la cata y la visita con Paco, el mejor guía!

Ivan C.

Bodega subterránea muy interesante y preparada para las visitas. En general las instalaciones son dignas de visitar y la chica ha sido muy maja. Como puntos a mejorar creo que la cata debería ser más técnica y los vino la verdad que no eran tan buenos. Personalmente no me gustaron los vinos en tinaja de barro (tienen etiqueta de una libélula amarilla, roja o negra), me quedo con el vino se les alcusses que es elaborado en barrica de madera.

Documenta C.

Interesante experiencia con una extensa explicación de proyecto innovador, recuperando costumbres y métodos tradicionales de la zona. Merece la pena la visita guiada. Ah, y justo junto al yacimiento ibero de La Bastida de Les Alcusses. Explicación del proyecto, cata de tres de sus vinos, regalo de las copas de la cata, embaladas en cartón y cuerda, en colaboración con el centro de trabajo ocupacional de Moixent. Todo un lujo.

Ricardo S.

Fuimos un grupo de amigos a hacer una cata y fue una experiencia muy chula. Hicimos una visita por las instalaciones y al final probamos tres de sus vinos.

Paco, el chico que nos hizo la visita, fue muy agradable. El precio muy bien (nos costó 15€) y la duración de casi dos horas.

Marian S.

Una experiencia para repetir! El camino hacia la bodega es el anticipo de que la visita va a ser muuuy chula. Las visitas guiadas hay que reservarlas por teléfono  tienen varios horarios. Nosotros reservamos el sábado a las 11:30, son súper puntuales! Llegamos con tiempo lo que nos permitió dar un paseo y disfrutar del paisaje. La visita estuvo guiada por Malena, da gusto escucharla, transmite pasión y amor por la bodega y te lo contagia. La bodega antigua es muy interesante. Lo mas flojito es la cata, la hicimos de 3 vinos, Cullerot, Safrà y Les alcusses, acompañado de unos crackers que, honestamente, no están a la altura, quizás ahí se echa de menos más información del vino que estamos catando, por lo demás  es una visita que merece la pena.

Ana C. (. M. P. D. V.

Formó parte de un grupo de personas con diversidad visual y recién hemos visitado este precioso Celler, excavado en la roca.
Nos ha encantado este lugar, el entorno, el discurso del dueño, un anciano de 92 años, más lúcido que todos los allí presentes, la importancia de lo natural y de la calidad y no la cantidad.
Empeñados en hacer el mejor vino del Mundo, son como una familia donde todos aportan a este ambicioso proyecto, no tanto económico , como de autenticidad.
La chica encargada de la explicación, lo hizo también genial, siendo muy amena la visita.
Y la cata de 3 de sus vinos fue realmente una pasada.
Me encanto el vino blanco “ Cullerot”, del que acabe comprando 2 botellitas para celebrar la vida. 9,50€ cada una. El vino safrá, que contiene la uva mandó, autóctona de la región, también estaba buenísimo, muy suave y el 3, Lea al usase, aunque ya lo conocía, tiene más cuerpo y más sabor a barrica de roble francés, ideal para acompañar un buen bistec.
El trato fue muy amable y se respiraba felicidad. Me gustó especialmente.
Lo único es que el lugar, por lo que es y donde esta ubicado, es realmente muy inaccesible. Aunque NOSOTROA llevábamos acompañantes y algún voluntario, fue bastante complicada la visita por el exceso de escaleras , poca luz y techos demasiado bajos para algunos compañeros que incluso, se pegaron en la cabeza.
Entiendo la estética rústica del Celler pero creo que si realizan visitas, todo esto, escalones rusticos, madera, altura del techo, entradas, salidas etc, deberían estar señalizados correctamente, para evitar algún incidente desagradable.
Además, nos regalaron la copa donde catamos los vinos, dentro de una bolsa de cartón reciclado, realizada por las personas del centro ocupacional!!
Brindaré por todos ellos.

Raul N.

Un lugar excepcional en la Ribera de Valencia, una experiencia a muy buen precio (15€ por persona)

Visita guiada, y cata de 3 vinos (1 blanco y 2 tintos), con su copa de regalo, acompañado de unos panecillos tostados.

Recomendable.